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Renato Costa hace gala de la figuración, la subjetividad, las emociones abiertas, la autobiografía, la memoria, el simbolismo, la psicología y la narrativa invitando al espectador a cuestionar los componentes físicos y espirituales de la condición humana. El autor describe su obra como “signos de una etapa de la existencia”,retomando el interés por la idea de la narrativa que no explica una historia; lo que le permite basarse en la psicología, el temor, la muerte y el amor de un modo tan directo como le sea posible.

Renato Costa (Río de Janeiro (1974) vive y trabaja en Madrid desde el año 2005.Realiza sus investigaciones artísticas principalmente en el ámbito de la pintura, encontrando la motivación en el hecho, dado en esta disciplina, del contacto entre el creador y la obra para que pueda ocurrir de una forma directa, además de suponer un desafío añadido la ubicación de un método tan tradicional, por muchos llamado dead art(arte muerto), en un lenguaje vigente del arte actual. En un sentido más amplio, la obra de Renato Costa se define por sus características técnicas y temáticas. La manipulación de los materiales tiende a ser táctil, sensual, y expresa intensamente las emociones. Con frecuencia, los temas presentan una profunda relación con el pasado, bien sea con la historia colectiva o bien con la memoria personal, y se exploran a través de la alegoría y el simbolismo. Se inspira en la historia de la pintura, escultura y arquitectura. Como resultado, la influencia del expresionismo, el surrealismo, el expresionismo abstracto y el arte informal es muy evidente.

Ha obtenido en los últimos años, un considerable reconocimiento de su obra, siendo galardonado con menciones de prestigio, como ejemplo el Premio Bancaja de Pintura que culminó en una exposición colectiva en el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno), además de realizar varias muestras colectivas e individuales en galerías y museos.

En sus obras aborda esa conformidad,  se entiende como un todo que influye en la mayoría que muchas veces acaba adoptando esa postura común”,  también aborda la infancia y la creación de unos residuos que se dejan en herencia a las generaciones futuras.  La vanidad que desemboca en la especulación financiera del arte con elogios al ego y a la producción artística, invita al observador a reflexionar, a indagar, a pensar, a platear.

Obras de distintas series de los últimos trabajos del artista y que, en un sentido metafórico, se cruzan formando intersecciones de planos, donde aparece una recta o más bien una línea de texto que plantea preguntas, poniendo de manifiesto los peligros de la vacuidad y la conformidad inherentes al conflictivo individualismo de los tiempos actuales”.

Fuentes: TodoMetro, El Faro Digital.

ENTREVISTA RENATO COSTA: 

Soy un cronista de mi tiempo, en mi obra reflejo lo que me llama la atención”

Renato Costa inicia su formación en el taller de su padre, el pintor Manoel Costa. Tras desarrollar su carrera en Brasil, su país natal, se traslada a Europa para abrir nuevos caminos en su pintura. Desde el año 2005 vive y trabaja en Madrid, periodo en el que ha realizado exposiciones individuales y colectivas en diferentes ciudades españolas obteniendo el reconocimiento de diversos certámenes. –Su padre también es pintor, ¿se dejó llevar por lo que veía en casa? –En un principio fue como un juego de niños. Empiezas a jugar con los colores, los pinceles… pero luego, con el tiempo, uno se da cuenta que es una cosa que va más allá que un simple entretenimiento. Ahí empecé y mi padre supo estimularme muy bien y me dio bastante libertad para todo. Fue todo muy natural. –Si en la vida de cualquier persona un padre siempre es un referente, imagino que en su caso todavía más –En un principio me influenció mucho y en mi trabajo lo ha hecho muchísimo técnicamente. –¿En su obra, sigue su línea o ha cambiado de registro? –En un principio sí. Yo llevo muchos años pintando, empecé a trabajar en el mercado del arte con 15 años. En esta primera etapa sí que tenía mucha influencia de mi padre, él es un pintor costumbrista y eso se nota en mis primeras obras. Hoy en día, aunque mi pintura sea figurativa, más contemporánea… arrastra todavía su visión. –¿Cómo reciben a un chaval de 15 que pretende vender su primer cuadro? –El contacto que tenía con las galerías y expertos de arte me trataban un poco como ‘hijo’. Al ser hijo de quien era he tenido mucha facilidad para entrar en el circuito brasileño. Yo crecí rodeado de artistas en casa, de hecho el primer cuadro que llevé a una galería estaba colgado en mi casa y creían que lo había pintado mi padre y ahí fue cuando empecé a vender. Surgió todo de una forma muy natural. –¿Le pesó la etiqueta de ‘hijo’? –Siempre se compara. Es complicado, porque de la misma manera que te facilita en muchos aspectos te complica en muchos otros. –En 2005 da el salto a Europa –Sí, me vine a Madrid, aunque no tenía pensado quedarme tanto tiempo, pero fueron sucediendo una serie de cosas muy positivas y hasta hoy –risas–. –¿Qué significa ‘Paramnesia Colectiva’? –Paramnesia es el nombre técnico para el déjà vu y viene a ser el hecho de percibir la realidad que vivimos como un recuerdo, causado por un defecto de la memoria a corto plazo. Yo utilizo esto para llamar la atención sobre un estado de ánimo casi hipnótico, que vivimos todos causado por la rutina y que nos transporta a algo ya visto continuo. –¿Cómo surge la inspiración? –Yo en mi trabajo soy un poco cronista de mi tiempo. Habló de cosas que me llaman la atención. El ser humano me inspira mucho: su vida, su perfil psicológico… y busco eso como temática.

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