Coger las naranjas de las calles de Sevilla está prohibido, pero ¿para qué se utilizan? ¿Son tóxicas? ¿Y por qué son amargas?

Naranjos del Real Alcázar de Sevilla.
Naranjos del Real Alcázar de Sevilla.
AYUNTAMIENTO DE SEVILLA
Naranjos del Real Alcázar de Sevilla.

Las calles de Sevilla, al igual que las de otras ciudades españolas como Valencia, son famosas por sus naranjos, que en esta época del año se encuentran cargados de frutos que perfuman toda la ciudad. La capital andaluza cuenta con 47.000 árboles, que producen en torno a tres millones de kilos de naranjas amargas. De hecho, el pasado mes de enero el Ayuntamiento anunció que intensificaría la campaña de recogida de estas frutas, tras haber iniciado en diciembre la primera fase del plan.

Su color intenso y su olor pueden llegar a resultar una tentación para todas aquellas personas, principalmente turistas, que desconocen el sabor ácido que se esconde detrás de su apariencia llamativa. De hecho, hace algunos días una joven 'tuitera' estadounidense se volvió viral tras haber criticado la ciudad y haber confesado que había probado una de estas naranjas. Como era de esperar, sus comentarios causaron todo tipo de reacciones entre los usuarios y las incógnitas sobre si se pueden coger estos frutos, si son tóxicos, por qué son amargos o para que se emplean tras ser recogidos volvieron a surgir.

La ordenanza de arbolado, parques y jardines públicos del municipio de Sevilla establece que está prohibido manipular los árboles y el resto de plantas que se encuentran en la ciudad, desde cortar flores o ramas hasta partir árboles o arrancar sus frutos. Tampoco se permite grabar sus cortezas o atar objetos a ellos como columpios, bicicletas o carteles. La manipulación de la flora sevillana se considera una infracción leve, por lo que las personas que incumplan con la normativa se podrán enfrentar a multas de entre 50 y 299,99 euros.

¿Por qué son amargas?

Citrus aurantium es el nombre científico de la variedad de naranja amarga que se encuentra en las calles de la ciudad y su sabor se debe a que contienen un compuesto flavonoide denominado neohesperidina, según explica a 20minutos Sabina Rossini Oliva, ingeniera agrónoma y profesora de la Universidad de Sevilla.

¿Cómo benefician a la ciudad?

Según la experta, estos naranjos son una especie perfecta para las calles de la ciudad, puesto a que no requieren grandes cantidades de agua ni tampoco muchos cuidados en general. Aportan sombra y frescor gracias a su evapotranspiración, proceso que se da cuando el agua que se encuentra en el suelo se evaporiza al mismo tiempo que las plantas transpiran el agua que contienen. Además, "la poda permite mantener una buena copa que favorece la emisión de oxígeno y es hábitat para diversas faunas urbanas".

¿Cuál es su origen?

Las naranjas, al igual que el resto de cítricos, tienen su origen en China y fueron introducidas en España por los romanos. Además, de este país asiático proviene la creencia de que tener un naranjo era sinónimo de buena suerte porque "aseguraba la felicidad a su dueño". Sin embargo, los encargados de popularizar la especie en Andalucía fueron los árabes, quienes la plantaron en patios y jardines de familias adineradas y más tarde comenzaron a introducirla en las calles. De hecho, los árboles plantados en el Patio de los Naranjos y en el Real Alcázar de Sevilla datan de esa época.

¿Para qué se emplean?

Debido a la acidez de sus frutos, los naranjos se han empleado tradicionalmente como ornamentos, en industrias de perfumería, destilería y también con fines terapéuticos. "Todos sabemos que es un fruto muy ácido, pero se pueden hacer infusiones a partir de sus flores, aparte obviamente de su uso para preparar mermelada", expresa Rossini.

Actualmente, según cuenta la ingeniera agrónoma, una parte de la cosecha es enviada a la destilería Bardas Chincherreta, empresa que fabrica aceites esenciales y fragancias. Además, estas naranjas se emplean para fabricar abonos y alimentos para el ganado caprino e incluso para producir energía. De hecho, la empresa Emasesa tiene un proyecto piloto destinado precisamente a la producción de biogas y energía, mientras que la startup Remonda fabrica bioplástico con la piel de las naranjas.

¿Sus frutos son tóxicos?

Desde el Ayuntamiento de Sevilla explican a este medio que las naranjas de las calles no han sido cultivadas en los entornos adecuados para el consumo humano, sino que se hallan en plena calle, por donde además pasan miles de vehículos al día que expulsan agentes contaminantes captados por los naranjos. También recuerdan que sustraer los frutos está penado por la ley y que cuando las naranjas son arrancadas por personal no especializado, los árboles pueden resultar severamente dañados.

Con respecto a este asunto, la ingeniera agrónoma explica que actualmente se encuentra realizando un estudio para "cuantificar la cantidad de material particulado en las hojas" de varios ejemplares distribuidos por la ciudad, pero que hace algunos años realizó otras investigaciones para analizar los materiales contaminantes captados por los frutos. Según los resultados que arrojaron dichos estudios, "los frutos no contienen elevadas concentraciones de elementos potencialmente tóxicos, como plomo o cromo".

¿Las preferidas de la Casa Real Británica?

La fama de las naranjas amargas de Sevilla traspasa fronteras y llega hasta la mesa de los miembros más destacados de la Casa Real Británica. De hecho, en febrero la ciudad entregó un total de 30 kilos de este fruto procedentes de los naranjos hallados en el Alcázar a la Embajada británica con el fin de preparar mermelada para el Rey Carlos III.

Según Rossini, desde tiempos antiguos "los escoceses de la Naviera MacAndrew las exportaron al norte de Inglaterra aprovechando el transporte de hierro procedente de las minas de Rio Tinto". Además, recuerda que a la Reina Isabel le encantaban y que por este motivo el Ayuntamiento siempre se las enviaba.

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